"Así no". Es el lema que ha resonado en repetidas ocasiones esta mañana en la Casa Árabe de la capital. Es el lugar elegido para la celebración de una cumbre empresarial que adquiere en estos momentos una doble relevancia. Por un lado, la cita ha sido convocada por Conpymes, la patronal de las pequeñas y medianas empresas que viene reivindicando un espacio propio en el diálogo social frente a Cepyme, vinculada a la CEOE e inmersa en un conflictivo proceso electoral. Y por otro lado, el motivo del acto ha sido alzar la voz contra una de las medidas de mayor impacto para el tejido empresarial: la reducción de la jornada laboral que debatirá en breve el Congreso de los Diputados.
El presidente de Conpymes, José María Torres, calentaba el encuentro antes incluso de arrancar el acto oficial. En una breve intervención previa ante los medios, acusaba al Gobierno y, en particular, a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, de "socavar el diálogo social". A su juicio, el discurso que difunde la ministra de Trabajo de que "trabajando menos seremos más felices", se "carga la cultura del esfuerzo". En este sentido, ha calificado la medida impulsada por la líder de Sumar como "política" y no "económica", y ha apostado por tumbarla en el Congreso de los Diputados.
Torres ha avanzado contactos con todos los grupos políticos para convencerles de que hagan una enmienda a la totalidad de la norma, descartando entrar a negociar con contrapropuestas como un paquete de ayudas a la contratación para las pequeñas y medianas empresas. "Los empresarios no queremos limosnas, las posibles ayudas no resuelven el problema y son un derroche incomprensible", ha afirmado ya durante su intervención en el auditorio ante decenas de representantes de diversas organizaciones empresariales del país.
Sobre la posición de Junts, cuyos siete votos son clave para que la medida salga adelante en el Parlamento, el líder de Conpymes ha revelado que el partido les ha trasladado en privado lo mismo que han defendido en público, es decir, que no apoyará la reducción de la jornada laboral legal a 37,5 horas. Sin embargo, también ha admitido que el resultado de las negociaciones parlamentarias con los de Carles Puigdemont es, en estos momentos, una absoluta incógnita.
Torres se ha erigido ante más de una treintena de organizaciones (algunas pertenecientes a la CEOE) como la voz alternativa para las pymes del país frente a Cepyme, de quien ha dicho en sus declaraciones previas a los periodistas que no cuenta con "independencia" porque está "controlada" por la confederación nacional que preside Antonio Garamendi, que a quien defiende es "a las empresas del Ibex". Así, ha reivindicado tener voz propia en los asuntos que se debaten en las mesas de diálogo social porque "a los empresarios que pagamos al fiesta se nos aparta de la toma de decisiones".
"Se está socavando el diálogo social, pilar fundamental de la democracia", ha incidido el empresario, que ha cuestionado que, en general, las "políticas antiempresa" puestas en marcha por este Gobierno "lastran" el "futuro" y la "viabilidad" de las pymes. "El futuro del tejido empresarial depende de propuestas populistas en las que se perfilan dos bandos: empresario explotador y obrero", ha advertido, para incidir en que "no es justo que se criminalice al empresario, como si todos fuéramos bancos o eléctricas".
Por su parte, el presidente de la patronal catalana de pymes Pimec -que también aspira a entrar en espacios de diálogo social a nivel institucional- y vicepresidente de Conpymes, Antoni Cañete, ha reconocido que "todos queremos trabajar menos y cobrar más", pero ha asegurado que eso es "populismo". Además, ha afeado a CEOE y Cepyme "haberse levantado" de la mesa de diálogo social, lo cual ha calificado como "un fracaso".
Cañete ha hecho un llamamiento al Gobierno, indicando que su organización está dispuesta a negociar la reducción de la jornada laboral siempre que se hable "de forma integral", teniendo en cuenta los graves problemas de absentismo que atraviesan las empresas, así como las dificultades en términos de productividad o la excesiva burocracia. Pero ha lamentado no estar "en el puente de mando". "No tenemos voz propia, se legisla sin pensar primero en los pequeños para hacernos grandes", ha cuestionado.
Como colofón, varios de los representantes de distintas organizaciones empresariales han leído un manifiesto que es, en sí mismo, una enmienda a la totalidad de la medida impulsada por Yolanda Díaz. "Atenta a la libertad de empresa", "va contra el derecho a la negociación colectiva", "tendrá graves consecuencias para el Estado de Bienestar" y "amenaza a miles de autónomos y pymes y a la generación de empleo", son algunas de las advertencias que hacen los empresarios en el documento, en el que avisan al Gobierno de que "está en juego la supervivencia del tejido empresarial".