La extraña pareja de los 4 billones: el camino de Microsoft y Nvidia hacia un nuevo hito
La IA ha impulsado a las dos empresas rumbo a un exclusivo club, pero el camino de Microsoft ha sido más complicado
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Nvidia y Microsoft podrían convertirse pronto en empresas de 4 billones de dólares, formando el club más selecto del mercado bursátil. El entusiasmo por la inteligencia artificial es lo que ha llevado a ambas hasta ahí, pero para Microsoft, la narrativa es más enrevesada y la recompensa, más ambigua.
Una empresa mucho mayor que Nvidia en términos de ingresos anuales, Microsoft también se sitúa en un lugar diferente en la cadena de valor de la IA. Nvidia está en auge porque cualquier empresa que quiera trabajar con IA tiene que comprar primero sus chips. El auge de Microsoft dependerá de la voluntad de un elevado número de los clientes de los que depende —tanto empresas como consumidores— de pagar una prima por los servicios de IA.
Para que eso ocurra, la IA tendrá que convertirse en una herramienta corporativa más transformadora, totalmente entretejida en la vida cotidiana, de forma similar a como el sistema operativo Windows de Microsoft o el software ofimático Word se convirtieron hace décadas. Muchos piensan que eso es más una cuestión de "cuándo" que de "si". Pero el "cuándo" sigue importando después de que el valor de mercado de Microsoft haya crecido un billón de dólares en menos de tres meses. Y, con una capitalización bursátil de 4 billones de dólares, el precio de las acciones de Microsoft alcanzaría el múltiplo más alto frente a los beneficios previstos que ha tenido en más de 20 años. Eso no deja margen para el error, y relativamente poco margen incluso para los baches.
Microsoft ha tenido varios de esos últimamente. Su temprana asociación con OpenAI dio a la empresa un asiento delantero en el cohete de la IA, permitiéndole infundir la tecnología detrás de ChatGPT en sus propios productos. Pero esa relación se ha topado con una mala racha. OpenAI quiere cambiar su inusual estructura corporativa y convertirse en una empresa normal con ánimo de lucro, parte de un largo esfuerzo por desvincularse de un benefactor que también es un competidor. Preocupantemente para Microsoft, OpenAI tiene derecho a limitar el acceso a su tecnología futura cuando alcance la "inteligencia general artificial", un umbral nebuloso que aún podría privar a Microsoft de un motor crucial de su estrategia de IA.
Con una capitalización bursátil de 4 billones de dólares, el precio de las acciones de Microsoft alcanzaría su múltiplo más alto en 20 años
Al parecer, Microsoft también ha tenido problemas para desarrollar su propia línea de chips de IA internos que podrían disminuir su dependencia de Nvidia. Sumándose al drama interno, la compañía confirmó el miércoles que planea despedir a 9.000 trabajadores más, además de los 6.000 puestos que eliminó en mayo. Otros gigantes tecnológicos han realizado recortes con el objetivo de aumentar la eficiencia e invertir más en IA. Pero a Microsoft aún le queda mucho camino por recorrer. La empresa tiene los ingresos anuales por empleado más bajos entre sus pares de las grandes tecnológicas, salvo Amazon, según datos de S&P Global Market Intelligence. Microsoft necesitaría recortar su último recuento de personal en 84.000 puestos para simplemente alcanzar a Alphabet, la matriz de Google, en esa métrica.
No obstante, eliminar costes solo hará que Microsoft mejore hasta cierto punto. La empresa aún necesita hacer de la IA algo más que un actor secundario en su cuenta de resultados. Los analistas estiman que los servicios de IA dentro de la rama de computación en nube Azure de Microsoft generaron unos ingresos de 11.500 millones de dólares en el ejercicio fiscal que acaba de finalizar, según las estimaciones de consenso de Visible Alpha. Eso es más del doble que el año anterior, pero sigue siendo solo alrededor del 4% de las ventas anuales totales de la compañía. La limitada contribución de la IA hasta ahora da a Microsoft cierta protección contra las caídas si ese negocio no da resultado, o ni siquiera crece al ritmo que prevén sus entusiastas. Es un contraste notable con la cuestión más binaria a la que se enfrenta Nvidia. Las ventas anuales del fabricante de chips se han multiplicado por más de 10 en los últimos tres años y aún se espera que registren un crecimiento medio anual del 32% en los próximos tres años.
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Sin embargo, eso podría desvanecerse rápidamente si la demanda de IA no se materializa para sus mayores clientes, o si otros avances tecnológicos hacen que sus chips sean menos vitales. En enero, Nvidia perdió el 20% de su valor de mercado en apenas una semana después de que las afirmaciones de la startup china de IA DeepSeek plantearan la posibilidad de que se pudieran producir modelos avanzados de IA sin tener que gastar miles de millones en los chips de Nvidia. Los planes de gasto de capital anunciados por los mayores clientes de Nvidia sugieren claramente que es poco probable que eso ocurra pronto. Microsoft, sin embargo, aún necesita que la IA se convierta realmente en una herramienta corporativa omnipresente y transformadora.
La empresa detrás de Windows y Office es lo suficientemente grande y acaudalada como para ayudar a que eso ocurra. Pero no está claro si tendrá lugar tan rápidamente como Microsoft necesita para justificar una valoración cada vez más alta. Como dijo el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, en una comparecencia ante el Congreso la semana pasada, suele pasar más tiempo del que la gente espera para que las tecnologías que cambian el mundo se implanten de forma que modifiquen la economía. Con su tamaño y valoración actuales, el cuándo supondrá todo para Microsoft.
*Contenido con licencia de The Wall Street Journal. Traducido por Federico Caraballo
Nvidia y Microsoft podrían convertirse pronto en empresas de 4 billones de dólares, formando el club más selecto del mercado bursátil. El entusiasmo por la inteligencia artificial es lo que ha llevado a ambas hasta ahí, pero para Microsoft, la narrativa es más enrevesada y la recompensa, más ambigua.