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Una huelga acaba con el Museo del Arte Prohibido de Tatxo Benet en Barcelona
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Una huelga acaba con el Museo del Arte Prohibido de Tatxo Benet en Barcelona

Los trabajadores acusan al CEO de Mediapro de haber llevado a cabo un "cierre patronal" y de contratar a porteros de discoteca para sustituir a los huelguistas

Foto: Tatxo Benet, durante la inauguración del Museo de Arte Prohibido. (Europa Press/David Zorrakino)
Tatxo Benet, durante la inauguración del Museo de Arte Prohibido. (Europa Press/David Zorrakino)
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El Museo del Arte Prohibido de Barcelona ha pasado a la historia. El cierre del peculiar museo impulsado por Tatxo Benet, CEO también de la multinacional Mediapro, no tiene vuelta atrás. Una huelga de sus trabajadores llevó al cierre del emblemático espacio, ubicado en el palacete modernista conocido como Casa Garriga Nogués, entre acusaciones sindicales de cierre patronal.

El Museo del Arte Prohibido fue abierto por Benet tras la compra de obras de arte que, de alguna manera, habían sido censuradas en distintos lugares por motivos políticos, sociales o religiosos. En total, reunía a más de 250 piezas originales. Se hizo, por ejemplo, con la obra ‘Presos políticos en la España contemporánea’, de Santiago Sierra, obra censurada y retirada de la Feria Arco de Madrid en 2018. Ese fue el detonante del nacimiento del controvertido museo: dar a conocer una obra alineada con el independentismo catalán, del que Tatxo Benet es entusiasta.

A partir de ahí, fueron engrosando el fondo de la institución obras como el discutido ‘Piss Christ’ de Andrés Serrano, ‘La cajita de fósforos’, de 2005, con el lema ‘La única iglesia que ilumina es la que arde’. También acogía ‘Not dressed for conquering’, de Inés Doujak, una escultura que muestra al Emérito siendo sodomizado y que provocó el cese del director del Macba por permitir su exposición en Barcelona. También fueron incorporadas al fondo ‘Always Franco’, de Eugenio Merino, que muestra al dictador Francisco Franco en una urna de cristal, y ‘Shark’, del checo David Cerny, que muestra al dictador Saddam Hussein ahorcado y flotando en una pecera, una obra censurada en varios países.

Otra de las piezas, ‘MC Jesus’, que muestra la mascota de McDonalds crucificada, de Jani Leinonen, fue censurada en Israel a raíz de las protestas que levantó. Una exposición de 30 alfombras musulmanas en las que había zapatos de mujer con tacón alto, realizada por Zoulikha Bouabdellah, fue censurada en Francia tras el atentado contra el semanario Charlie Hebdo. Entre sus obras destacan también firmas como Picasso, Goya, Andy Warhol, Ai Weiwei, Bansky o Klimt.

Foto: Obra 'Presos políticos' de Santiago sierra. (EFE)

Desde el pasado febrero, los trabajadores del museo se encontraban en huelga, en reivindicación de sus derechos laborales. El sindicato Solidaridad y Unidad de los Trabajadores (SUT) emitió entonces un comunicado protestando porque “mientras el museo controla con precisión la temperatura y humedad a las que están expuestas sus obras, los trabajadores y trabajadoras de carne y hueso de todas las subcontratas están obligados a estar en posiciones expuestos a corrientes de aire en invierno, sin climatización, sin ropa de abrigo adecuada en invierno pero con americana en verano y a aguantar hasta 9 horas al día de pie”.

El sindicato reivindicaba sillas ergonómicas, rotación de personal, descansos efectivos de 20 minutos cada cinco horas, más personal los fines de semana, pluses por festivos trabajados, fin de la imposición de las vacaciones, aplicación del convenio del sector, fin de los contratos temporales y “fin del acoso y amenazas tanto por escrito como verbales, presenciales o por teléfono”.

La empresa contraataca

Según los trabajadores, los servicios del museo se prestaban por tres empresas externas contratadas a tal efecto: Magmacultura, Silicia y Palacios y Museos. Cuando se comunicó el inicio de la huelga, la dirección rescindió el con trato con la primera. “El primer día de huelga, el museo abrió aumentando el número de seguridad privada y poniéndolos a hacer funciones de informadores”. Eso llevó al sindicato a denunciar “que por un lado la dirección del museo tiene un discurso y por otro, utiliza cuerpos de seguridad privada para sustituir a los huelguistas”. La situación, sin embargo, fue insostenible y todo el personal se sumó a la huelga.

Foto: 'Haute couture 04 Transport', la obra censurada por el MACBA (Bienal de Sao Paulo)

Finalmente, el Museo acaba de anunciar su cierre definitivo. A preguntas de El Confidencial, Tatxo Benet ha declinado realizar cualquier valoración. Desde el museo, se remite a un escueto comunicado en el que se informa de que “se trata de un cierre doloroso e indeseado, pero inevitable, debido a las pérdidas económicas provocadas por el escrache instalado frente al museo desde hace cuatro meses y liderado por el sindicato SUT. Durante este tiempo, las coacciones e injurias derivadas de esta situación han afectado el funcionamiento habitual del espacio y las pérdidas se han vuelto insostenibles”.

Fuentes cercanas al museo señalaron a El Confidencial que su propietario “está muy afectado por la situación” y que niegan que pueda reabrir en un futuro, desmintiendo las informaciones que circulan por algunos ámbitos políticos y culturales. “Las obras están siendo embaladas y se expondrán en distintas ciudades, en exposiciones itinerantes que están por concretar”, añaden las fuentes.

El sindicato SUT, por su parte, acusa a la empresa de “cierre patronal”. Según el colectivo, “estamos ante una maniobra de marketing cínicamente premeditada y calculada con la cual el Museo del Arte Prohibido intenta conseguir el eco y la publicidad que no ha conseguido mientras estaba abierto”.

El Museo del Arte Prohibido de Barcelona ha pasado a la historia. El cierre del peculiar museo impulsado por Tatxo Benet, CEO también de la multinacional Mediapro, no tiene vuelta atrás. Una huelga de sus trabajadores llevó al cierre del emblemático espacio, ubicado en el palacete modernista conocido como Casa Garriga Nogués, entre acusaciones sindicales de cierre patronal.

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