Ganz-Mavag lleva a España ante la Unión Europea por el veto a la opa sobre Talgo
El consorcio húngaro pide a Bruselas protección ante la negativa, contra el derecho comunitario, del Gobierno de Pedro Sánchez a aprobar la compra del fabricante de trenes
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Ganz-Mavag, el inversor de origen húngaro que ha lanzado una oferta pública de adquisición (opa) sobre Talgo, ha decidido elevar a la Comisión Europea el veto por cuestiones políticas e ideológicas del Gobierno de Pedro Sánchez a la adquisición del fabricante español de trenes. Según han confirmado fuentes comunitarias, el consorcio magiar ha informado a las autoridades de Bruselas de las sucesivas trabas administrativas impuestas para intentar que la operación entre en vía muerta.
Según estas fuentes, Ganz-Mavag ha enviado recientemente una comunicación ad cautelam a la Comisión Europea para explicar el estado de la tramitación de la opa sobre Talgo en el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, así como en el de Transportes y en la Oficina Económica de la Presidencia del Gobierno. Una comunicación para hacer saber a Bruselas la intención de España de prohibir una operación a una compañía miembro de la Unión Europea, lo cual sería contrario al derecho comunitario.
De hecho, Ganz-Mavag ya ha tenido un intercambio de información con las autoridades europeas, puesto que tuvo que comunicar la opa sobre Talgo al tratarse de una transacción corporativa de dimensión global. En concreto, según la documentación oficial, la primera notificación se formalizó el 5 de abril, fecha desde la cual ha habido tres requerimientos de información adicional.
Pero ahora, el inversor magiar ha solicitado a la Comisión que entre directamente en el caso, debido a que el reglamento de concentraciones exige a los Estados miembros que le comuniquen su intención de prohibir una compraventa bajo derecho nacional. En esta comunicación, el consorcio húngaro asegura que el gobierno español no puede prohibir la toma de control de Talgo por motivos de "seguridad nacional" hasta que se haya pronunciado la Comisión Europea, institución que hasta la fecha no ha puesto ningún reparo a la adquisición del histórico fabricante español de ferrocarriles.
Ganz-Mavag ya ha tenido un intercambio de información con las autoridades europeas, puesto que tuvo que comunicar la opa
Dado que todos los inversores que conforman el consorcio Ganz-Mavag son miembros de la Unión Europea, España no puede someter a supervisión la opa sobre Talgo por razones de seguridad, salud u orden públicos. Por lo que, según los abogados del grupo húngaro, que ha contratado a Garrigues, CMS Albiñana y Cuatrecasas, este veto preventivo iría contra dos de las libertades fundamentales del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE): la libre circulación de capitales y la libertad de establecimiento.
Tanto Óscar Puente, ministro de Transportes, como Jordi Hereu, titular de Industria, han manifestado que el Ejecutivo de Pedro Sánchez hará "todo lo posible" para que Ganz-Mavag no se haga con Talgo. Una postura que justifican porque asocian a este inversor con Viktor Orbán, el presidente de Hungría, al que califican de miembro de la ultraderecha europea. En consecuencia, el Gobierno no quiere que Talgo tenga como principal accionista a un grupo vinculado a esta opción política.
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Hasta la fecha, Industria ha hecho hasta cuatro reclamaciones de información a Ganz-Mavag para dilatar su dictamen final. El pasado viernes, para evitar tener que pronunciarse el próximo 9 de agosto, la Subdirección General de Inversiones Exteriores informó al consorcio húngaro de "la suspensión del plazo para resolver el expediente (...) desde el 26 de julio de 2024" y hasta que el Gobierno reciba la nueva información solicitada o, en todo caso, hasta un máximo de tres meses.
Tras esta decisión, el consejo de Talgo se reunió el pasado martes para dilucidar sobre la propuesta industrial, sin contraprestación económica, promovida por el grupo checo Skoda, con el apoyo del Gobierno de Pedro Sánchez. El órgano de administración de la compañía rechazó su planteamiento al no haber una oferta en metálico en firme que puede ser tenida en consideración frente a los 5 euros por acción de la opa de Ganz-Mavag.
Socio español
A la espera de la decisión de Bruselas, el grupo húngaro ha pedido formalmente por carta al Gobierno iniciar un proceso oficial de negociación para dar entrada a un socio nacional que permita mantener la españolidad de Talgo. Una fórmula para superar la negativa del Ejecutivo del PSOE y de Sumar, que en los últimos meses han tratado de convencer a CriteriaCaixa y a Escribano, socio ya del Estado en Indra, para conformar un consorcio que compita con el magiar. Pero, hasta la fecha, ninguna de las alternativas planteadas, como la de Skoda, Stadler o CAF, han llegado a buen puerto.
Ganz-Mavag se compromete con el Ministerio de Industria a mantener la sede de Talgo en España, así como la marca y la sociedad cotizada en bolsa. Asimismo, asegura carga de trabajo a las plantas españolas del fabricante de trenes fundado por la familia Oriol y no llevar a cabo ningún recorte de plantilla.
Ganz-Mavag, el inversor de origen húngaro que ha lanzado una oferta pública de adquisición (opa) sobre Talgo, ha decidido elevar a la Comisión Europea el veto por cuestiones políticas e ideológicas del Gobierno de Pedro Sánchez a la adquisición del fabricante español de trenes. Según han confirmado fuentes comunitarias, el consorcio magiar ha informado a las autoridades de Bruselas de las sucesivas trabas administrativas impuestas para intentar que la operación entre en vía muerta.