Por qué la tragedia de Nadal y Alcaraz en los Juegos Olímpicos rompió el sueño de España
La pareja española se quedó a un paso de la lucha por las medallas en Roland Garros. Nadal y Alcaraz no eran especialistas, pero habían desatado la ilusión de todo un país
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fd9a%2F3cc%2Fd91%2Fd9a3ccd91637e96ec4cc04a5734c776f.jpg)
Rafa Nadal y Carlos Alcaraz hicieron soñar a toda España durante tres partidos... y cayeron en la orilla de las medallas. Tan cerca y a la vez tan lejos de la gloria olímpica. La pareja española no pudo superar a los estadounidenses Austin Krajicek y Rajeev Ram (2-6 y 4-6) y quedaron apeados en cuartos de final, con el bronce en el horizonte. En Roland Garros, donde Rafa Nadal es el Rey de Francia. En París, donde la ceremonia inaugural brindó al tenista balear un lugar privilegiado entre las leyendas del deporte olímpico. En la Philippe Chatrier, donde el templo de la tierra batida reza "la victoria pertenece a los más tenaces".
El varapalo nacional es histórico por la ilusión desatada en París. La pareja española, de lejos la mayor atracción deportiva de los Juegos Olímpicos por lo que significaba su espectacular unión, había sobrevivido al límite contra los neerlandeses. Previamente, Nadal y Alcaraz ya habían acabado con una pareja especialista en dobles como los argentinos. Creer en sus posibilidades, a pesar de la falta de experiencia en dobles, estaba justificado por el descomunal talento de ambos.
Sin embargo, jugar contra los estadounidenses, un tándem perfectamente compenetrado que había llegado al número 1 del ranking y se había embolsado hasta 4 Grand Slam, fue demasiado. La pareja española lo intentó hasta el final, como narra el lema de la Philippe Chatrier, pero estuvo demasiado errática, precipitada, ansiosa, con poca química y revolucionada.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F4d1%2Fbd5%2F072%2F4d1bd50723eeab38d523cb99b73b4c95.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F4d1%2Fbd5%2F072%2F4d1bd50723eeab38d523cb99b73b4c95.jpg)
Mucha distancia entre ambos
Especialmente en el caso de Carlos Alcaraz. Se notaba que necesitaban horas de vuelo juntos y que los partidos disputados en dobles se cuentan con los dedos de las manos. Y sobran. La falta de entendimiento en las bolas que iban entre ellos, junto a las voleas, la agresividad y los saques demoledores de los norteamericanos, decantaron el partido a su favor. Por momentos, Alcaraz y Nadal jugaron como si lo hicieran de manera individual, muy erráticos en el resto y alejados. Demasiado lejos de la red.
El break en el primer juego fue un mazazo solo agravado por la segunda rotura. En los dobles, donde la velocidad del tenis se multiplica y los intercambios son fugaces, los estadounidenses funcionaron como una máquina perfectamente engrasada. El 2-6, tan contundente como duro de asimilar, se ajustaba perfectamente a la diferencia que existía sobre la pista. Los españoles hablaban, pero no se entendían. Alcaraz sufría y gesticulaba, muy tenso.
No llores porque terminó, sonríe porque sucedió.
— RTVE (@rtve) July 31, 2024
Hasta aquí llega el camino de Nadal y Alcaraz como pareja de dobles en #Paris2024. #ParisRTVE31J
Gracias por hacernos soñar.
Gracias por hacernos disfrutar.
Gracias por luchar hasta el final.
𝑰𝑵𝑶𝑳𝑽𝑰𝑫𝑨𝑩𝑳𝑬… pic.twitter.com/dGPmLUjj1c
Ya sin margen para el error, con un punto muy polémico que crispó a Nadal y Alcaraz por la ausencia del ojo de halcón, la opción de remontar el partido se evaporó. Quedaba la épica. Un aguante sobrenatural a la derrota del que tanto Rafa Nadal como el propio Carlos Alcaraz, un tenista que nunca perdió una final de Grand Slam, habían hecho gala en innumerables ocasiones. Sin embargo, la realidad fue más tozuda.
"Hemos generado todo lo que teníamos que generar para tener opciones, pero no ha podido ser. Estábamos jugando a un buen nivel, pero no hemos estado acertados. Los partidos pasan muy rápido. No hemos empezado bien, no hemos podido llevar el partido al límite", afirmaría un Nadal dolido en RNE. "No hace falta analizar más. No hemos estado lo suficientemente bien. Me llevo una experiencia que recordaré el resto de mi vida, hemos compartido muchos momentos".
La presión sobre Alcaraz
Alcaraz, todavía vivo en el cuadro individual, había disputado su partido contra Safiullin hacía unas horas y acumulaba una carga física y mental considerable. A nadie le dolió más caer en los cuartos de final del cuadro de dobles que al murciano. Puede que Rafa Nadal nunca vuelva a Roland Garros. Puede, en definitiva, que la carrera de Nadal acabe aquí, porque su cuerpo está al límite.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fc9f%2F2f2%2F4fd%2Fc9f2f24fd68dfd2f4f6aba708864d226.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fc9f%2F2f2%2F4fd%2Fc9f2f24fd68dfd2f4f6aba708864d226.jpg)
Alcaraz vio cómo no podía lograr una medalla con su ídolo desde la infancia, una derrota que inevitablemente le acerca a la retirada tras dos años marcados por las lesiones. "La verdad es que mi sueño era poder participar en unos Juegos Olímpicos. Representar a tu país en una competición es una de las cosas más grandes que hay en el deporte y en el mundo", había declarado el murciano tras el primer choque.
"Para mí, es un honor llevar la bandera, representar a España, no estoy acostumbrado a jugar el dobles, no lo hacía desde 2022, pero me encanta. Es un placer jugar con Rafa en esta pista. Ha sido un momento único para mí. Doble sueño cumplido, poder jugar con Rafa un dobles y en unos Juegos Olímpicos", remató el español. Rafa Nadal no tuvo el final que quería con una medalla que podría coronar su carrera. Alcaraz tampoco encontró la gloria que deseaba en los dobles. La nadalcarazmanía se esfuma tras una semana donde España se ilusionó hasta máximos históricos con dos tenistas legendarios. Es muy duro.
Rafa Nadal y Carlos Alcaraz hicieron soñar a toda España durante tres partidos... y cayeron en la orilla de las medallas. Tan cerca y a la vez tan lejos de la gloria olímpica. La pareja española no pudo superar a los estadounidenses Austin Krajicek y Rajeev Ram (2-6 y 4-6) y quedaron apeados en cuartos de final, con el bronce en el horizonte. En Roland Garros, donde Rafa Nadal es el Rey de Francia. En París, donde la ceremonia inaugural brindó al tenista balear un lugar privilegiado entre las leyendas del deporte olímpico. En la Philippe Chatrier, donde el templo de la tierra batida reza "la victoria pertenece a los más tenaces".