El gran experto en migración: "Nueve de cada diez africanos entran en Europa legalmente"
Hein de Haas, catedrático de Sociología en la Universidad de Ámsterdam y codirector del Instituto Internacional de Migración de la Universidad de Oxford, desmonta en su nuevo libro muchos de los tópicos que rodean a este tema
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No, la inmigración no se encuentra en máximos históricos. No, la emigración no es una huida desesperada de la pobreza. No, los inmigrantes no roban puestos de trabajo ni abaratan los salarios. No, la emigración no erosiona el estado de bienestar. No, la inmigración no dispara los índices de delincuencia. No, la inmigracion no puede resolver los problemas de los países envejecidos.
Y así, hasta desmontar un total de 22 mantras sobre el asunto que más divide a las sociedades actuales.
Quien se encarga de poner los puntos sobre las íes y de echar definitivamente por tierra todas esas falsas creencias (y unas cuantas más) es el neerlandés Hein de Haas (1969), probablemente la persona del mundo que más sabe de migración, asunto que lleva más de 30 años investigando. Catedrático de Sociología en la Universidad de Ámsterdam y profesor de Migración en la Universidad de Maastricht, De Haas fue uno de los fundadores del Instituto Internacional de Migración de la Universidad de Oxford, del que es codirector. Y ahora ha publicado un magnífico libro titulado en español
Este verano, una vez más, la inmigración copa los telediarios y las portadas de los periódicos españoles. No se trata sólo de que Vox haya decidido romper sus pactos autonómicos con el Partido Popular a causa de sus divergencias respecto a las políticas de inmigración o de que los votos de Junts y el PP hayan tumbado la reforma de la ley de extranjería que pretendía hacer obligatorio el reparto de menores migrantes no acompañados, los famosos menas. Además, y aprovechando las buenas condiciones meteorológicas del verano, numerosos cayucos cargados de inmigrantes se hacen estos días a la mar desde África Occidental, aunque no pocas veces la aventura termina en tragedia y son muchos los que mueren en su intento de alcanzar Europa. Hablamos con Hein de Haas de inmigración y de algunos de los mitos que la rodean.
"En el último medio siglo Europa Occidental se ha transformado de región de emigración a región de destino"
PREGUNTA. Muchos políticos se quejan de que la migración hoy es más elevada que nunca. ¿Es verdad esa afirmación?
RESPUESTA. Puede parecer cierta desde una perspectiva española o de Europa Occidental, pero a un nivel más global no se puede hacer esa afirmación. Desde el ‘descubrimiento’ de América, los europeos se han trasladado a otras partes del mundo, al tiempo que desplazaban a otras poblaciones, como por ejemplo a través de la esclavización de africanos en América o del movimiento de trabajadores contratados de Asia a América. Estos patrones se han revertido fundamentalmente durante el último medio siglo, en el cual Europa Occidental se ha transformado de una región de emigración a una región de destino. Esta inversión geográfica de los patrones migratorios es, por supuesto, un cambio importante, ya que las poblaciones de inmigrantes en Europa están aumentando, pero eso no significa que la migración haya aumentado en intensidad a nivel general. Alrededor del 3% de la población mundial es migrante internacional, y ese porcentaje se ha mantenido notablemente constante. En Europa, estos porcentajes son mayores. En España, por ejemplo, el 12% de la población es inmigrante, en muchos otros países occidentales es el 15% o más. Sin embargo, esas cifras tienen poco que ver con una invasión masiva de inmigrantes ilegales, sino más bien con el creciente movimiento de trabajadores inmigrantes atraídos por la cada vez mayor escasez de mano de obra en las sociedades ricas y envejecidas de Occidente. Como los europeos han dejado en gran medida de migrar de un continente a otro, ahora son más bien los latinoamericanos, asiáticos y africanos los que migran regularmente a los países que antes les colonizaron. Por supuesto, se trata de un cambio importante, pero no significa que la migración sea mayor que nunca o que esté necesariamente fuera de control.
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P. ¿Y qué me dice del mantra que repite que las fronteras hoy están menos protegidas que nunca? ¿Es cierto?
R. Es un mito que en el pasado las fronteras estuvieran estrictamente vigiladas y que hoy se encuentran fuera de control. De hecho, los controles migratorios son un fenómeno bastante nuevo. Antes de la I Guerra Mundial no existían pasaportes, visados ni controles fronterizos como los conocemos ahora. La migración ilegal y el tráfico de personas tampoco son fenómenos nuevos. En los años cincuenta y sesenta, por ejemplo, bastantes trabajadores migrantes portugueses, españoles y del sur de Europa se trasladaron clandestinamente al norte de Europa, a veces utilizando a traficantes de personas porque con ellos acortaban el procedimiento oficial regulado por los estados. Además, no deberíamos sobreestimar la magnitud de la migración ilegal. Mis estimaciones apuntan a que nueve de cada diez africanos que se trasladan a Europa lo hacen legalmente, con pasaporte y visa en la mano. Pero debido a que la retórica política y las imágenes de los medios de comunicación se centran en la migración ilegal, tendemos a exagerar la importancia numérica de este tipo de migración. La gran mayoría de los inmigrantes, también los que tienen como destino a España, cruza las fronteras de forma legal. Lo que está sucediendo en la frontera española es una verdadera crisis humanitaria que debe abordarse, pero debemos tener cuidado y, basándonos en los datos que le acabo de mencionar, no aceptar la idea de que las fronteras están totalmente fuera de control. Es importante seguir viendo las cosas en perspectiva. En otras palabras: hay motivos para la preocupación, pero no para entrar en pánico.
"La gran mayoría de los inmigrantes, también los que tienen como destino a España, cruza las fronteras de forma legal"
P. Muchas personas aseguran que la manera de reducir la migración es invertir en los países de donde proceden los migrantes. ¿Eso es también un mito?
R. Sí, un mito que se basa en la idea ampliamente extendida de que la migración del Sur hacia el Norte está impulsada principalmente por la pobreza y la desigualdad. Sin embargo, ese es un análisis erróneo de las causas de la migración. Los análisis científicos basados en los mejores datos muestran que la emigración aumenta a medida que los países pobres se vuelven más ricos. Esto puede parecer una paradoja, pero no es difícil de entender. En primer lugar, la migración es costosa, sobre todo si se han de recorrer grandes distancias. En segundo lugar, la migración requiere ciertas ambiciones y aspiraciones, y estas suelen aumentar cuando los jóvenes van a la escuela y tienen mejor acceso a la información. El desarrollo, por lo tanto, tiende a aumentar las capacidades y aspiraciones de las personas para migrar. Por eso no es casualidad que los países de emigración más importantes, como por ejemplo México, Marruecos o Turquía, sean países de ingresos típicamente medios. De hecho, la pobreza extrema impide que las personas migren. Sólo cuando los países pasan a la categoría de países de altos ingresos la emigración tiende a disminuir y la inmigración a aumentar, como ocurrió por ejemplo con España a partir de los años 80. El análisis científico demuestra que necesitamos una forma completamente nueva de pensar sobre la migración. En lugar de ver la migración como un problema que puede resolverse mediante el “desarrollo”, es necesario ver la migración como una parte intrínseca del desarrollo.
P. Rechaza usted que la mayoría de los migrantes sean personas que huyen desesperadas de la pobreza y de la miseria. ¿Cuál es entonces el principal motivo que lleva a una persona a migrar?
R. Las personas más pobres y las mayores víctimas de opresión —o de un desastre natural o medioambiental— por lo general no tienen los medios para cruzar fronteras ni pagar a traficantes de personas. Suelen moverse dentro de su propio país o se quedan atrapados en las situaciones de peligro. Esto demuestra una vez más que necesitamos cambiar la forma en que habitualmente vemos la migración. En lugar de una “huida desesperada de la miseria”, la migración es más bien una inversión en un futuro mejor, no sólo para los migrantes sino para sus familias. Por eso los trabajadores españoles abandonaron España en el pasado, y por esa misma razón ahora llegan inmigrantes a España. Los inmigrantes están dispuestos a trabajar duro y a sufrir para proporcionar un futuro mejor a sus familias. Generalmente, se trata de una decisión bastante deliberada. Y es también una decisión racional, porque los inmigrantes cubren puestos vacantes que los locales no quieren realizar pero que los inmigrantes están dispuestos a hacer, ya que eso les permite ganar salarios mucho más altos de los que podrían ganar en sus países de origen.
"Los inmigrantes no roban empleos, sino que cubren vacantes, generalmente puestos que los locales no pueden o no quieren hacer"
P. Uno de los alegatos más habituales es que los inmigrantes roban los puestos de trabajo a los nacionales y hacen bajar los salarios, al aceptar remuneraciones más bajas. ¿Qué dicen en ese sentido sus investigaciones?
R. Se han realizado muchos estudios sobre este tema, y claramente refutan la idea de que los inmigrantes roben empleos. De hecho, la evidencia demuestra que tenemos que invertir totalmente la premisa principal del argumento: los inmigrantes no roban empleos, sino que cubren vacantes, generalmente puestos que los trabajadores locales no pueden o no quieren hacer. De hecho, la inmigración es alta cuando la economía va bien, cuando el desempleo es bajo y cuando el número de vacantes no cubiertas es alto. Por el contrario, la inmigración es baja cuando la economía está en crisis y el desempleo aumenta. Esto se debe a que la mayoría de los migrantes sólo estará dispuesto a asumir los costes y riesgos de migrar si hay trabajos a los que pueda acceder.
Respecto a los salarios, los efectos de la inmigración en ellos son generalmente muy pequeños, hasta el punto de resultar prácticamente insignificantes. Sin embargo, sí es cierto que las personas con ingresos altos se benefician económicamente más de la inmigración que las personas con ingresos bajos, y los trabajadores más pobres incluso pueden salir ligeramente perdiendo, en particular los ex inmigrantes que realizan trabajos similares a los de los inmigrantes, por lo que aquí puede haber cierta competencia. La principal causa de la creciente desigualdad y del estancamiento salarial de las personas con bajos ingresos son las políticas económicas neoliberales que han erosionado la protección de los trabajadores y han aumentado la brecha entre las personas con ingresos altos y bajos. Por supuesto, es atractivo para los políticos culpar a los inmigrantes por eso, pero el efecto de la inmigración en los salarios es realmente pequeño.
"Es atractivo para los políticos culpar a los inmigrantes, pero el efecto de la inmigración en los salarios es realmente pequeño"
P. Nuestro mercado de trabajo, ¿necesita o no necesita inmigrantes?
R. “Necesitar” es un término cargado de creencias, yo prefiero hablar de demanda laboral. Durante la última década hemos visto aumentar el porcentaje de vacantes en muchos empleos de baja y alta calificación, tanto en España como en otros países occidentales. Es el efecto combinado del envejecimiento de la población, el crecimiento económico y de que alcance la mayoría de edad una nueva generación de jóvenes altamente educados que ya no quieren realizar trabajos manuales. Esa es la razón principal por la que las tasas de vacantes han aumentado, y los inmigrantes a menudo llenan ese hueco.
P. Como señala, Europa es un continente con una población envejecida. ¿Es por eso por lo que hacen falta inmigrantes?
R. El envejecimiento, combinado con el crecimiento económico y el aumento de la educación de los trabajadores nacionales, es una de las razones por las que la demanda laboral se ha disparado. Sin embargo, el envejecimiento no conduce automáticamente a la migración. Si por ejemplo la economía tiene un mal funcionamiento y el desempleo es alto, incluso las sociedades envejecidas pueden atraer a pocos inmigrantes. Esto es algo que por ejemplo vemos en algunos países de Europa del Este.
"En muchos países los inmigrantes contribuyen más en términos de pago de impuestos de lo que reciben como prestaciones y servicios públicos"
P. ¿Los inmigrantes suponen una fuerte presión para los servicios que presta el estado de bienestar?
R. No hay pruebas que sustenten esa afirmación. Por el contrario, en muchos países, incluida España, los inmigrantes tienden a contribuir más en términos de pago de impuestos de lo que reciben del sistema como prestaciones y servicios públicos. Además, muchos inmigrantes son trabajadores de cuidados de las personas, ya sea como médicos o enfermeras o en servicios domésticos y cuidados privados de niños y ancianos. Así que incluso se podría decir que los inmigrantes apuntalan los servicios del estado de bienestar en lugar de socavarlos. Algunos grupos marginados de inmigrantes sí pueden depender más de las ayudas del estado de bienestar, pero esto no es representativo de los inmigrantes en su conjunto. La idea de que la inmigración socava el bienestar es un ejemplo clásico de convertir a los inmigrantes en chivos expiatorios, como lo es la idea de que los inmigrantes roban empleos.
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P. Entonces, ¿la inmigración es beneficiosa para las sociedades europeas?
R. La respuesta a esa pregunta depende de a qué clase y grupo social pertenezcas. Basándonos en las evidencias, se puede decir con seguridad que los inmigrantes generalmente contribuyen al crecimiento y al bienestar en Europa. Sin embargo, los beneficios económicos de la inmigración se distribuyen de manera desigual. Es evidente que son los miembros más ricos de la sociedad y las clases medias los que obtienen los mayores beneficios económicos de la migración, porque son dueños de las empresas cuyos beneficios se incrementan gracias a la contribución de los trabajadores inmigrantes. Además, es más probable que utilicen los servicios privados que prestan los inmigrantes, tales como limpieza, cuidado de niños y ancianos, trabajo en restaurantes y entrega a domicilio de comida. Los grupos con menores ingresos apenas se benefician económicamente de la migración, mientras que también son quienes se enfrentan más directamente a las consecuencias de la inmigración en sus vidas diarias, en sus barrios, en sus lugares de trabajo y en las escuelas de sus hijos. Especialmente si esto va acompañado de una situación de segregación y problemas sociales, las personas con bajos ingresos tienen buenas razones para criticar la inmigración y decir "¿qué gano yo con esto?".
P. Sin embargo, los partidos y los políticos conservadores y de derechas se muestran más contrarios a la inmigración que los partidos de izquierdas, ¿no?
R. Quizás a nivel de retórica y de discursos, pero no en la práctica. Con mi equipo de investigación en Oxford calculé si los gobiernos de derechas eran más restrictivos en materia de inmigración que los gobiernos de izquierda en lo que respecta a las políticas reales que implementan. Y descubrimos que apenas hay diferencias significativas, lo que muestra la enorme brecha entre la retórica y la práctica. Esto puede explicarse en parte por el hecho de que los partidos conservadores cuentan con el fuerte apoyo de los grupos de presión de los empleadores, quienes están firmemente a favor de políticas de inmigración más liberales, particularmente para los trabajadores migrantes.
"Hasta principios de los 90, los trabajadores marroquíes en España no necesitaban visa e iban y venían, quedándose muy pocos a vivir"
P. ¿Los controles fronterizos realmente reducen la inmigración?
R. Es difícil generalizar, pero lo que vemos a menudo es que las restricciones fronterizas muchas veces no logran sus objetivos –o resultan totalmente contraproducentes– porque no se basan en una comprensión científica de cómo funciona realmente la migración, de ahí que el título de mi libro en inglés sea
P. ¿Qué cree usted que deberían hacer los países europeos respecto a la inmigración?
R. La migración es un fenómeno complejo, y nunca hay soluciones fáciles para problemas complejos. Sin embargo, la cuestión más importante es cómo afrontaremos en el futuro la demanda de mano de obra menos cualificada. Esa es la gran patata caliente de los debates sobre migración actuales. Mientras que la derecha suele retratar la migración como una invasión, la izquierda suele retratar a los migrantes como víctimas. Sin embargo, el verdadero problema es que gran parte de la migración está impulsada por la demanda sostenida de trabajadores migrantes menos calificados. Como esto no es reconocido por las políticas migratorias, la falta de canales migratorios legales ha fomentado la migración ilegal, el tráfico de personas y la explotación de trabajadores migrantes. Sólo podremos tener un debate serio sobre la inmigración y prevenir la migración ilegal y el sufrimiento de los migrantes si rompemos este tabú. La única manera de abordar esto es creando más canales legales para la migración de trabajadores poco cualificados o haciendo cumplir la legislación laboral y protegiendo mejor a los trabajadores en general, o probablemente, combinando todas esas medidas. En términos más generales, no podemos separar el debate sobre la migración de un debate más amplio sobre el tipo de sociedad en la que queremos vivir.
No, la inmigración no se encuentra en máximos históricos. No, la emigración no es una huida desesperada de la pobreza. No, los inmigrantes no roban puestos de trabajo ni abaratan los salarios. No, la emigración no erosiona el estado de bienestar. No, la inmigración no dispara los índices de delincuencia. No, la inmigracion no puede resolver los problemas de los países envejecidos.