Esas mujeres bisexuales que solo salen con hombres
De Billie Eilish a Paul Thin, cada vez son más los casos de mujeres bisexuales que tienen que enfrentarse a la sospecha por tener como pareja a hombres: ¿no son 'bi' de verdad, o qué?
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Nukki, dj y co-fundadora de la fiesta queer La Potra se definió como mujer bisexual por primera vez con dieciocho años. Sin embargo, no salió del armario hasta que con 22 años conoció a Flor, su primera novia: “Tener una novia fue una experiencia legitimadora para mí y siento que para parte de mi entorno también”. Antes de que Flor apareciera en su vida, Nukki sentía que hablar de su bisexualidad iba a ser leído como “una llamada de atención”. Especialmente en los espacios feministas y militantes en los que participaba. Ahí, reivindicarse como bisexual teniendo pareja masculina, “iba a parecer un intento de quitarme puntos en la escala de privilegios que estábamos deconstruyendo entre todas”.
Nukki conoció a Flor en Montevideo, en un intercambio de un año. Aterrizó en la capital justo cuando se organizaba la Marcha de la Diversidad, manifestación a la que acudió “tímidamente” pese a ser ya consciente de su bisexualidad. Al año siguiente las cosas fueron diferentes: “Asistir a esa misma marcha con mi novia de la mano fue vivirla desde otro lugar completamente distinto. Marché con la cabeza alta y sintiéndome parte de algo.”
En 2024 más de la mitad de personas que se identificaban con LGTBIQ+ en España lo hacían, concretamente, como bisexuales (55%). Este año, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) mostraba que el 5,9% de la población española se definía como bisexual, dato que duplica el porcentaje de homosexuales (2,8%). No obstante, el peso de la bisexualidad parece ser únicamente estadístico, pues bajo la mirada social sigue considerándose una identidad vaporosa, sin el empaque y seriedad suficientes. Las personas bisexuales (mujeres, hombres y nb) reclaman sentirse continuamente cuestionados por su orientación sexual.
Esta semana le tocó el turno al cantante Paul Thin, quien tras hablar de su bisexualidad en una entrevista para El País se sometió a un escrutinio en redes sobre si verdaderamente formaba parte del colectivo. Días antes, también en X, se vivió un debate parecido respecto a la cantante Billie Eilish. El motivo fueron unas fotos de la artista con su actual pareja, el actor Nat Wolff. Lo particular de estos ataques es que, en gran cantidad, venían de parte de usuarios que decían considerarse parte de la comunidad LGTBQ+.
i guess being bisexual is pretty cool until it’s time to actually date the same gender https://t.co/EoMQuHdgHv
— Zain (@cowboylikezain) June 8, 2025
Visiblemente invisibles
En su último disco María Moreno, más conocida como AMORE, dedica canciones a mujeres y hombres indistintamente. En conversación con El Confidencial, la artista afirma orgullosa que esto ha sido una decisión deliberada: quería dejar claro que es una mujer bisexual.
AMORE afirma sentirse acogida dentro del colectivo LGTBIQ+. Aunque al cabo de un rato de reflexión, admite que en muchas ocasiones se siente “en búsqueda de validación por parte de gays y lesbianas”. En esa necesidad de legitimidad entran muchos factores, uno de ellos es el borrado sistemático de la bisexualidad, tanto fuera como dentro del colectivo LGTBIQ+: “Está naturalizado que, si me lío con una mujer, alguna amiga lesbiana me diga: “bien, lesbiana por fin”. O que se emplee el termino lesbianas para referirse a lesbianas y bisexuales. O que cuando dudo de la orientación sexual de una chica que me atrae una colega me diga: “Esta tía es bisexual como mínimo”, como si ser bisexual fuera un peldaño en una escala. O que una amiga bisexual se eche novia y diga que es lesbiana. Son comentarios que hacemos dentro del colectivo y que pueden parecer inofensivos pero creo que son más peligrosos de lo que creemos. Nos invisibilizan muchísimo”, comenta la arista.
Cómo se suben al carro de los mariquitas en cuanto ven que da visitas… si tan gay eres comete un pene de vez en cuando anda… que te va a caducar el título…
— Sr. Ruqueza (@infarruco) June 29, 2025
Según el estudio Mujeres Lesbianas y Bisexuales en España impulsado en 2025 por el Instituto de las Mujeres, en España las mujeres bisexuales se sienten menos percibidas que las mujeres lesbianas. Un 31,8% de las mujeres bisexuales encuestadas reconocía no sentirse visible por su orientación sexual, frente al 13% de lesbianas. Esta impresión era rastreable en todos los ámbitos: educación primaria, entorno laboral, administración pública. Y, especialmente, en la familia cercana, donde casi la mitad de las mujeres bisexuales (45,1%) respondía que su orientación sexual casi nunca era visible. En cambio, sólo el 27,5% respondía de mujeres lesbianas respondía lo mismo.
Marta Garchitorena, antropóloga, socióloga y una de las realizadoras de este estudio junto con Belén Molinuevo y Jose Vela, apunta que esta sensación de invisibilidad fue una de las cuestiones que más llamó su atención. Para la socióloga esta “violencia simbólica” tiene consecuencias directas en la calidad de vida de las mujeres bisexuales; pero también, en cómo nos relacionamos los demás con sus protestas. Tal y como explica Garchitoreana: “La falta de conocimiento sobre las vivencias de un colectivo específico permite que se pueda trivializar la violencia que sufre ese grupo desconocido. Esto pasa también con las mujeres bisexuales, por eso a sus quejas respondemos con un 'no es para tanto'. No es para tanto porque no las has escuchado, ni tampoco barajas el acumulativo de todas esas violencias. Pero si sabes que una mujer bisexual vive ciertas agresiones en el ámbito de pareja por el hecho de ser bisexual, luego va a su colectivo y le hacen ciertos comentarios, más tarde va al médico a hacerse pruebas ginecológicas y le tratan de una forma concreta, para luego poner la tele y ver que en una serie que hacen cierto chiste… Sí piensas que es para tanto.”
¿Mujer bisexual con novio? Luego no te quejes
Nukki ya no sale con Flor y su actual pareja es un hombre. Para la dj, esto se ha vivido como “un paso atrás” por parte de su ciertas personas de su entorno LGTBQ+. Algo parecido le sucede a AMORE quien admite que, en según qué espacios queer, siente más apuro al hablar de sus experiencias románticas con hombres que con mujeres.
"Como no van a cambiar, parece que dejar de relacionarse con hombres es emancipador"
En un texto para el periódico Newtral Noemí López Trujillo, periodista especializada en feminismos y derechos LGTBQ+, escribía: “Dentro del colectivo LGTBIQA+, la buena bisexual es aquella que abraza su orientación sexual desde la ironía y el cinismo, que incluso desearía ser enteramente lesbiana y que se jacta de sentirse atraída por múltiples chicas y, a lo sumo, por un solo chico.” Parece ser que la primera batalla de las mujeres bisexuales es conquistar su propia existencia pero, una vez logrado, deben demostrar que ocupan su lugar tal y como es debido dentro del colectivo.
En conversación con El Confidencial, Noemí López profundiza sobre este rechazo hacia parte del deseo de las mujeres bisexuales: “Vivimos un momento en el que se ha destapado una cantidad ingente de violencias sexuales, y sabemos que esto es solo una pequeña parte: Violencias del “Se Acabó”, “Que la Vergüenza cambio de bando”, “Cuéntalo”. Tenemos la sensación legítima de que el mundo es hostil. Por lo que un pensamiento que puede resultar lógico es que el hombre es nuestro enemigo, peligroso por naturaleza, y tenemos que protegernos de él. Ante la desesperanza de que los hombres no van a cambiar lo fácil, incluso 'lo emancipador', es dejar de relacionarnos con ellos. Porque de alguna forma así nos vamos a proteger de la violencia.” Sin embargo, para la periodista esta estrategia puede funcionar a nivel individual, pero no resuelve el problema del machismo a nivel estructural. Además, “la lógica de que acostarse con el hombre es acostarse con el enemigo, compra el discurso de que el sexo es algo que las mujeres entregamos a los hombres, no un intercambio entre iguales”, apuntala López.
Rocío Simón, creadora escénica y doctoranda sobre literatura hispanoamericana queer, defiende haber publicado tuits cansada de recibir bifobia por parte de sus amigas lesbianas: “He escuchado hasta la saciedad comentarios del tipo "eso te pasa por liarte con hombres" contestando a historias que yo contaba en la que otros hombres habían sido negligentes conmigo”. Para la investigadora es urgente dejar de culpabilizar a mujeres bisexuales por relacionarse con hombres, más aún por sufrir a manos de los mismos: “No elegimos que nos hagan daño. Me parece otro mecanismo patriarcal de culpar a la víctima por haberse "buscado" que le pasen cosas malas, por no hablar de la cantidad de mujeres lesbianas y bisexuales que también nos hacen daño y con las que también se pueden establecer relaciones de maltrato o violencia.”
No he visto jamás tanta bifobia en mi círculo de gente más o menos cercana que por parte de mujeres lesbianas
— rocío simón (@rrociosimon) October 14, 2024
Noemí López señala la peligrosidad de estas lógicas, sobre todo para las mujeres bisexuales que buscan apoyo en espacios LGTBQ+ después de haber recibido violencia. En muchas ocasiones, estas mujeres se encuentran con narrativas que las revictimizan y las convierten en responsables, en lugar de ayudarlas y auparlas: “Es como el agresor que justifica que te ha violado por la ropa que llevabas. Unos lo hacen para justificar su conducta y otros lo hacen para penalizar tu conducta por haberte ido con hombre”. Además, a la periodista le resulta paradójico e inconsistente que, al mismo tiempo que el feminismo defiende que las mujeres no son seres eternamente bondadosos, sean espacios feministas los que insten continuamente a las bisexuales a tener relaciones con otras mujeres para librarse de cualquier tipo de peligro.
Todo esto supone, además, una fiscalización de la vida sexual de las mujeres bisexuales. Como indica Rocío: “A las bisexuales se nos considera queers de segunda, por eso tenemos que estar todo el rato justificándonos con acciones. Nuestra vida sexual se convierte en la moneda de cambio para hacernos visibles. A más encuentros con mujeres, más bisexual”. Sobre esta cuestión, Noemí López añade: “Las mujeres bisexuales sufren un body count negativo, son juzgadas por el número de hombres con el que se han acostado. Este body count es el mismo que realizan los incels; pero esta vez desde una óptica que mide cuánto se han vendido al deseo patriarcal. Pero, además, padecen también un body count positivo, que vigila el número de mujeres con el que han estado. En este caso lo que se dictamina es si se puede confiar en ti, si eres una buena bisexual o solo una curiosa.”
La cuestión de los privilegios
Otra idea asentada sobre las mujeres bisexuales con parejas masculinas es que gozan de los mismos privilegios que las mujeres heterosexuales. Idea que, además, se emplea para acallar las quejas y reivindicaciones de este colectivo. Esta concepción de los privilegios resulta, a ojos de Noemí López, tan bífoba como incoherente. Es de nuevo paradójico que, al mismo tiempo, una mujer bisexual que sale con un hombre esté en una situación de peligro y de privilegio.
llamadme bífobo pero ser bisexual (y cis) y solo estar con gente del sexo opuesto conlleva prácticamente los mismos privilegios que ser heterosexual https://t.co/PWgEYTokcq
— manu (@bacdefm) June 9, 2025
Para Marta Garchitorena, esta idea parte de una concepción equivocada de la vivencia bisexual: “La especificidad como mujer bisexual atraviesa toda la vida, se esté con un hombre o esté con una mujer. La bisexualidad rompe con el binarismo y también con las esencias sobre las que, años atrás, hemos construido las orientaciones sexuales. La pareja no tiene porqué ser lo que defina la orientación. Cuando vemos a una mujer bisexual con una pareja hombre erróneamente anulamos su identidad y la encasillamos en otra, la heterosexualidad.” Además, tras realizar este estudio Garchitorena asegura que existen violencias a las que las mujeres bisexuales están más expuestas precisamente por su condición de bisexuales, como es el caso de la violencia sexual.
Según el estudio de Mujeres Lesbianas y Bisexuales en España anteriormente mencionado, el 21,8% de las mujeres bisexuales han sufrido acoso sexual, frente a un 15,8% en lesbianas. A esto se suma que un 6,5% de las mujeres bisexuales han sufrido violencia sexual, en contraposición al 4,2% en lesbianas. Por otro lado, las mujeres lesbianas cuentan con más aceptación familiar, un 49,4% frente a un 37,2% de las mujeres bisexuales. A esto debemos añadir que un 30% de las mujeres lesbianas dicen tener a alguien de confianza en el trabajo, frente al 21% de las mujeres bisexuales. Estas cuestiones hacen dudar de un privilegio bisexual basado, únicamente, en los momentos en los que las mujeres bisexuales tienen parejas masculinas.
"Si hubiese podido llamarme bisexual a los 15 habría sido mucho más feliz"
Marina Merino, filósofa y politóloga, se define como bisexual desde los 20 años, cuando se dio cuenta de que su deseo “no era una confusión sino una apertura a la posibilidad”. En diálogo con este periódico, Marina comenta que a día de hoy no ha tenido ninguna relación con una mujer; pero no considera que por eso haya ostentado privilegios en sus relaciones heterosexuales: “Vivo más tranquila sabiendo que no me van a gritar ni pegar por la calle, o que no juzgarán mi futuro en pareja si sigo con un hombre, pero vivir tranquila no es un privilegio, es un mínimo. Aun así, es una tranquilidad de cara al exterior. Que los demás y tú misma nieguen tu sensibilidad y deseo no es un privilegio. Tener que verse obligada a aceptar modelos de relación heteronormativos por salir con un hombre, no es un privilegio. Ver limitada tu vida queer por partir de un terreno que acepta tu identidad, no es un privilegio.”
Bifobia dentro del colectivo
Luna Miguel, escritora y editora, “tardó mucho” en nombrarse a sí misma como bisexual. Quizás por eso recuerda con tanta claridad el Orgullo de 2021, cuando su editorial incluyó su libro en un post de Instagram junto a otras autoras LGTBIQ+. Los comentarios se llenaron de odio hacia ella, la tildaron de impostora y de aprovechada. Negaban su bisexualidad, justo en un momento en el que ella se sentía feliz por haber sido percibida, por fin, como LGTBIQ+ de forma pública.
Charlando con El Confidencial, la escritora confiesa una cuestión que le ha preocupado respecto a su orientación sexual: la inmensa mayoría de mujeres con las que ha estado a lo largo de su vida son bisexuales. Y, además, la mayor parte de esas mujeres estaban o habían estado en relaciones con hombres: “Siempre me he sentido más tranquila teniendo relaciones con personas que sabía que entendían mi deseo por los hombres”, afirma Luna.
En una ocasión a Nukki una chica le dijo por Tinder que jamás estaría con una mujer a la que le hubiese tocado un hombre. Para Rocío, son innumerables las ocasiones que ha recibido un “no te lías con más mujeres porque no quieres”, con tono de sorna por parte de integrantes del colectivo. Luna, en otro punto de la conversación, menciona haber recibido burlas de mujeres homosexuales al cuando se enteraban de que ella era madre.
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En 2025, el 11,5% de las mujeres bisexuales mencionaban haber vivido alguna situación de violencia por su orientación sexual en espacios asociativos LGTBIQ+, mientras que sólo el 7,5% de lesbianas corroboraba la misma experiencia. También eran más las mujeres bisexuales que decían haberlo vivido en espacios de ocio LGTBIQ+, 14,6% frente al 11%. Para Marta Garchitorena, es fundamental contar con más representación LGTBIQ+ a todos los niveles, para que ninguna letra del colectivo pueda sentirse amenazada por otra y, además, con más espacios de escucha activa: “Tenemos que atender a qué dolor o necesidad hay detrás de que una mujer se ponga a criticar a otra porque no entra en el canon que ella le ha presupuesto.”, afirma la socióloga.
Para Marina hablar de su bisexualidad es hablar de un proceso de expectoración. Para ella, reconocerse como bisexual ha sido una puerta de apertura hacia un horizonte de deseos nuevos. Cuando Luna Miguel reflexiona sobre su bisexualidad, se retrotrae nostálgica y piensa cómo habría sido su vida si la hubiera abrazado antes: “Tendría otras dudas y otras penas, pero si hubiese podido llamarme bisexual a los quince años habría sido mucho más feliz.” Y, cuando AMORE habla sobre su vivencias con mujer bisexual termina la entrevista tajante y cristalina: “Me encanta ser bisexual. Me permite ver el mundo bajo una sensibilidad que no sería posible si no fuera bi.” En estas reflexiones finales ninguna menciona a sus parejas, hablan de algo que está mucho más allá: su propia identidad.
Nukki, dj y co-fundadora de la fiesta queer La Potra se definió como mujer bisexual por primera vez con dieciocho años. Sin embargo, no salió del armario hasta que con 22 años conoció a Flor, su primera novia: “Tener una novia fue una experiencia legitimadora para mí y siento que para parte de mi entorno también”. Antes de que Flor apareciera en su vida, Nukki sentía que hablar de su bisexualidad iba a ser leído como “una llamada de atención”. Especialmente en los espacios feministas y militantes en los que participaba. Ahí, reivindicarse como bisexual teniendo pareja masculina, “iba a parecer un intento de quitarme puntos en la escala de privilegios que estábamos deconstruyendo entre todas”.